
ATLETISMO – BILBAO NIGHT MARATHON
Tras el rotundo éxito de la pasada edición en Soria, este año tocaba correr en casa. La Bilbao Night Marathon de 2019, con la espectacular puesta en escena que le caracteriza, se veía ligeramente empañada por la lluvia. Sin embargo, las condiciones climatológicas, que a la postre no resultaron tan negativas para la práctica del running, no fueron una excusa para disfrutar de un fin de semana redondo. Aunque el grupo se citó el sábado a las 12 en el mítico polideportivo de La Casilla para la recogida de dorsales, nuestras korrikalaris estrella hicieron un buen trabajo de campo acudiendo de víspera. No había desgaste aparente en sus rostros. Tras una ligera comida en grupo, la expedición se dirigió al hotel para descansar algo antes de la batalla.
A las 19:06, tras un ligero retraso por algún fallo técnico, se daba la salida de la prueba. Una ligera lluvia nos acompañó a lo largo de todo el recorrido. Los primeros en llegar fueron Sergio Barbero, con un tiempo de 0:44:48 y una buenas sensaciones que tendrá que ratificar en la Behobia 2019, y Cristina y Elena, que disputaron también la prueba de 10K sin apenas despeinarse, en un tiempo de 0:50:30, confirmando que sus trabajo de exploración del terreno la noche previa no les pasó factura durante la carrera. En la prueba de media maratón, Iñigo conseguía un tiempo de 1:23:55, en una carrera de más a menos, mientras que los tres compañeros que se preparan para participar próximamente en la maratón de Valencia completaron los 21.095m en 1:27:28 –para Igor e Iñaki- y 1:27:37 –para Jesús-, todos ellos con muy buenas sensaciones corriendo por debajo del ritmo objetivo de la maratón. Sergio Martinez, que se estrenaba en la expedición, lograba cómodamente un tiempo de 1:31:20, dejando margen de para siguientes participaciones. Muy parecido a Idoia y Arkaitz que prefirieron reservarse para la post-carrera con tiempos por debajo de sus posibilidades de 1:37:40 y 1:51:04, respectivamente.
Después de la carrera empezaba lo mejor. La cena en el restaurante Basuki, en un ambiente inmejorable, y la guinda al pastel en un café Antzoki en plena forma donde siguieron los más valientes (no faltó nadie). El domingo, tras un poteo previo para revivir (los mejores momentos de la carrera -por supuesto-), el grupo disfrutó de una agradable comida en el Txocook.
Probablemente, los tiempos de carrera puedan ser mejorables…
¡Ya queda menos para la siguiente edición!”